Buscar este blog

jueves, 30 de julio de 2015

Cronica - Melechesh+Keep of Kalessin+Tribulation-Sala Sonora (Erandio)


La de Melechesh era una fecha a la que tenía miedo desde hacía tiempo. Miedo a que la parroquia no respondiese y a que terminásemos siendo cuatro gatos, los que apareciésemos por la Sonora de Erandio, el viernes quince de mayo. Por fortuna la gente acudió, en ningún caso llenando la sala, pero al menos permitiendo que la cita no resultase tan ridículamente privada, como podía haber sido.
Comenzaría de manera tempranera la sesión de Metal Extremo, con los Embryo despeinando a los afortunados que iban agregándose al sarao. Desgraciadamente solo podríamos escuchar el último tema que los italianos lanzaban sobre Erandio, por andar entretenidos entrevistando a Asmedi Melechesh en el autobús de gira. Los que pudieron catarlos debidamente, no trasmitieron queja alguna, una vez nos fue posible coger posiciones en el interior del recinto.
De cabo a rabo presenciaríamos la primera incursión de Tribulation sobre tierras vascas, una formación que nos había dejado expectantes con su último trabajo, y que demostraría el espectacular futuro que ostenta. Su sonido seguiría siendo tan inclasificable, como deslumbrante resultaría su puesta en escena, con sus guitarras esgrimiendo siniestras muecas, en lo que no paraban de contorsionarse de manera diabólica.
Presentarían de manera encendida el mencionado Children of the Night, prendiendo incienso poco antes de comenzar, envolviendo la Sonora en Death, Black y humos de otros tiempos. Brillarían sus tiempos "progresivos" y su imaginería heredada de Celtic Frost, sus amenazantes riffs que podían haber sido firmados por Mercyful Fate y sobre todo, la bestial entrega con la que no dejarían de empujar hasta que se despidieron. De no ser por Melechesh, hubiesen sido los rotundos triunfadores de la noche.
Empequeñecidos por el torbellino que acabábamos de contemplar, aparecerían Keep of Kalessin sobre las tablas Erandiotarras, luciendo bastante menos espectaculares de lo que hubiesen oficiado en circunstancias normales. Su Black Metal técnico sería gratamente recibido por los allí presentes, en cualquier caso, aunque en ningún momento consiguiese hacernos olvidar el repaso que Tribulation acababan de infringirnos. Lo de estos tres noruegos sería mucho más medido y calculado, sin la pasión que habían demostrado los suecos, aunque con oficio más que de sobra como para salir indemnes.
Invocarían la épica de sus últimos trabajos, basando casi todo su repertorio en sus recientes Epistemology y Reptilian, mientras trataban de hacer justicia a lo grabado, apoyándose sobre un porrón de pistas pregrabadas. Esta sin duda sería la mayor pega que podríamos acabar achacándoles, esa y la excesiva frialdad que por momentos parecían trasmitirnos desde el escenario. Nos quedaríamos con los molinetes salvajes que se marcaron en lo que clavaban “Dark Divinity”o “Ascendant”
El humo y el calor que se habían disipado con la actuación noruega, volvería a recalar en la Sonora de la mano de los cabezas de cartel de la noche. Los Melechesh comenzarían incendiarios, disparando bruma roja desde los costados del escenario, al tiempo que los primeros compases del Enki restallaban desde los altavoces. Bajo y guitarra aparecerían como nómadas del desierto, dejando ver tan solo sus ojos mientras arrancaban la brutal ceremonia de Metal mesopotámico.
Se despojarían de sus vistosos ropajes, poco antes de recordar por primera vez el Emmisaries a lomos de "Ladders to Sumeria", imbuidos cada uno en sus instrumentos y sin parar de repartir estopa sobre los presentes. El embrujo de oriente medio se apoderaría de la sala y la emoción se volvería salvaje en lo que alcanzábamos el clímax estilístico, al poco de haber comenzado.
Así sería arrojada sobre nosotros "Grand Gathas Of Baal Sin", como si de una apisonadora dentada se tratase, mordiendo y aplastando a todos los que tratábamos de seguir el ritmo con nuestras melenas, al tiempo que provocaba las primeras danzas del vientre entre las féminas que asomaban por las primeras filas. La mescolanza sumerio- metálica se representaría de manera cristalina de esta manera, en lo que contemplábamos a bailarinas meneando el ombligo a ritmo de doble bombo galopante y a una banda trasmitiendo el embrujo de tierras lejanas.
El ritmo no cesaría en ningún instante, sin bises que entorpeciesen la frecuencia, ni parones que detuviesen la poderosa cabalgata. Melechesh pasarían sobre Erandio con una rotundidad innegable, derrochando entrega durante una hora larga de Black Metal oriental. Se despedirían sin dar opción a que reclamásemos nuevos cortes, con la magnificencia de “Rebirth of the Nemesis” dejándonos extasiados, pasados a cuchillos por la ígnea ceremonia que Ashmedi había dispuesto, para dar comienzo a su gira española. 
Crónica y fotos por Unai Endemaño.  





























No hay comentarios: