Dejar que te pasen por encima, dos
bandas como Swans y Yob, en un mismo fin de semana, podría
calificarse como masoquismo sibarita, o simplemente como
desconsideración absoluta con los tímpanos implicados. No tengo aún
muy claro la forma en la que reflejarlo, aunque imagino que os
podréis hacer una idea aproximada de lo que os planteo. Nuestros
oídos siendo los que soportasen el bendito castigo sónico que nos
aguardaba, mientras nuestros espíritus comulgaban con la tormenta de
watios. Primero, de viernes, con los cisnes limpiándonos el cerumen
pertinente y el domingo, con los de Mike Scheidt materializando las
pesadillas de cualquier otorrino.
Sobre los de Michael Gira no es
momento de ponerse a divagar en esta ocasión, así que nos
centraremos en la exhibición que plantearon sobre la Sonora, los
creadores del Illusion Of Motion. Una demostración de
autoridad, que tuvo a los Pallbearer dispuestos para ir
creando ambiente. Lo harían ciñéndose a su último Foundations
of Burden, con un volumen similar al que más tarde gozaríamos,
pero sin la subyugante presión que desplegarían los de Oregon.
Esta diferencia de atmosferas entre
ambos conjuntos, sería determinante a la hora de ponerse a comparar.
Mucho más clásicos los Pallbearer, siguiendo las líneas maestras
que dejaron grabadas Candlemass o Pentagram, surtirían de Doom épico
las dependencias de la Sonora Buen aperitivo para comenzar, que sería
contemplado con atención por el propio Mike Scheidt desde la primera
fila. Firme, sólido y apropiado para lo que nos traíamos entre
manos.
El líder de YOB se subiría sobre
las tablas una vez hubieron concluido, quitándose las gafas y
poniéndose a repartir Stoner robusto entre todos los que allí
parábamos. Lo haría recordando el lejano y salvaje “Ball of the
Molten Land”, dejándonos ir a continuación con la interpretación
completa de su último plástico. Así iríamos atravesando todos y
cada uno de los sinuosos surcos que encierra Clearing The Path to
Ascend.
Uno de los mejores discos del año
caería sobre nosotros entonces, arrancando con el Doom hiriente de
“In Our Blood”, continuando con el Sludge mortífero de “Nothing
to Win” y rematando un buen rato después, con los sentidos
recovecos que encierra “Marrow”. Ejemplificando en unos minutos
tan solo, todas las posibilidades que caben en la música de esta
gente.
Acabado el tramo que correspondía
al nuevo trabajo, los Yob echarían la vista atrás hasta el 2005,
para rescatar la mitad de su legendario The Unreal Never
Lived. Sería el instante en el que más de uno volviese a vivir
en carne propia, la actuación que la banda interpretó en el
Roadburn del pasado 2012, aunque en esta ocasión, fuesen a ser dos
tan solo las escogidas. “Quantum Mystic” atronando con su
característico inicio, y “Grasping Air” para dejarnos ir
saciados y maltrechos. Aplastados por un conjunto que impacta con
vehemencia y que a pesar de contar con un sinfín de matices entre
sus líneas, nunca pierde la violencia sobre la que se define.
Crónica y fotos por Unai Endemaño.
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