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miércoles, 15 de octubre de 2014

YOB+Pallbearer-Sala Sonora


Dejar que te pasen por encima, dos bandas como Swans y Yob, en un mismo fin de semana, podría calificarse como masoquismo sibarita, o simplemente como desconsideración absoluta con los tímpanos implicados. No tengo aún muy claro la forma en la que reflejarlo, aunque imagino que os podréis hacer una idea aproximada de lo que os planteo. Nuestros oídos siendo los que soportasen el bendito castigo sónico que nos aguardaba, mientras nuestros espíritus comulgaban con la tormenta de watios. Primero, de viernes, con los cisnes limpiándonos el cerumen pertinente y el domingo, con los de Mike Scheidt materializando las pesadillas de cualquier otorrino.
Sobre los de Michael Gira no es momento de ponerse a divagar en esta ocasión, así que nos centraremos en la exhibición que plantearon sobre la Sonora, los creadores del Illusion Of Motion. Una demostración de autoridad, que tuvo a los Pallbearer dispuestos para ir creando ambiente. Lo harían ciñéndose a su último Foundations of Burden, con un volumen similar al que más tarde gozaríamos, pero sin la subyugante presión que desplegarían los de Oregon.
Esta diferencia de atmosferas entre ambos conjuntos, sería determinante a la hora de ponerse a comparar. Mucho más clásicos los Pallbearer, siguiendo las líneas maestras que dejaron grabadas Candlemass o Pentagram, surtirían de Doom épico las dependencias de la Sonora Buen aperitivo para comenzar, que sería contemplado con atención por el propio Mike Scheidt desde la primera fila. Firme, sólido y apropiado para lo que nos traíamos entre manos.
El líder de YOB se subiría sobre las tablas una vez hubieron concluido, quitándose las gafas y poniéndose a repartir Stoner robusto entre todos los que allí parábamos. Lo haría recordando el lejano y salvaje “Ball of the Molten Land”, dejándonos ir a continuación con la interpretación completa de su último plástico. Así iríamos atravesando todos y cada uno de los sinuosos surcos que encierra Clearing The Path to Ascend.
Uno de los mejores discos del año caería sobre nosotros entonces, arrancando con el Doom hiriente de “In Our Blood”, continuando con el Sludge mortífero de “Nothing to Win” y rematando un buen rato después, con los sentidos recovecos que encierra “Marrow”. Ejemplificando en unos minutos tan solo, todas las posibilidades que caben en la música de esta gente.
Acabado el tramo que correspondía al nuevo trabajo, los Yob echarían la vista atrás hasta el 2005, para rescatar la mitad de su legendario The Unreal Never Lived. Sería el instante en el que más de uno volviese a vivir en carne propia, la actuación que la banda interpretó en el Roadburn del pasado 2012, aunque en esta ocasión, fuesen a ser dos tan solo las escogidas. “Quantum Mystic” atronando con su característico inicio, y “Grasping Air” para dejarnos ir saciados y maltrechos. Aplastados por un conjunto que impacta con vehemencia y que a pesar de contar con un sinfín de matices entre sus líneas, nunca pierde la violencia sobre la que se define.

Crónica y fotos por Unai Endemaño.




















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