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sábado, 28 de marzo de 2015

Crónica - Euskal Assault


A imagen y semejanza de los más punteros festivales extremos del viejo continente, ha nacido este año el Euskal Assault de Durango. Un evento de dos días en sala, con algunos de los grandes nombres del panorama extremo y todas las comodidades que suelen encontrarse en los festivales de corte urbano. Nada de campings ni escenarios desde los que no se distingue lo que los músicos están interpretando, aquí el underground que suena desde los monitores, no lleva aparejado condiciones espartanas.
Jugando con esta gran baza, la cita vizcaína ha conseguido atraer a un buen número de aficionados de lo extremo, seducidos por un cartel convincente, y unas instalaciones de calidad contrastada. De esta manera planea quedarse como fecha fija en las agendas de los seguidores, apostando por lo que tan a menudo echamos en falta cuando nos acercamos a eventos de similar corte. Grandes medios, al servicio de metaleros exigentes.
Por esto último precisamente, la media de edad de los asistentes era superior a la que uno suele encontrarse en timbas del pelo, situándose la treintena como franja mayoritaria entre los que allí nos arremolinábamos. Esto tendría cierta incidencia en el devenir del certamen, ya que como bien pudimos comprobar más tarde, a última hora del segundo día serían muy pocos los que se iban a animar a montar pogos.
Mucho antes de que ese momento solemne llegase, comenzaríamos nuestra andadura por el Euskal Assault afrontando el Grind sulfuroso de los franceses Infest. Nos perderíamos por desgracia a nuestros paisanos Bullets of Misery, pero nada pudimos hacer para llegar a tiempo. Aquí comprobamos en primera persona, uno de los principales problemas con los que se encontrarían los asistentes: La dificultad para aparcar por la zona, ya que el recinto se encontraba en el centro mismo de Durango.
Una vez hubimos aterrizado y tomado posiciones convenientemente, encaramos con tranquilidad a los franceses Deficiency, la primera formación que pudimos contemplar con un trago en la mano. Sus escasos minutos se pasarían veloces, aunque no fuesen a dejar un recuerdo demasiado boyante, una vez hubieron concluido. El Thrash Metal que expondría el conjunto, recordaría en muchos momentos a grandes del género como Sepultura o Megadeth, con buenos apuntes técnicos, pero escasas ideas con las que desarrollarlos. Olvidables.
Serían por suerte los franceses, el único borrón con que contaría el viernes inaugural, ya que a partir de que se apeasen de las tablas, los Aposento comenzarían a dibujar la verdadera dimensión que terminaría alcanzando el festi. Montarían para ello una actuación sorprendentemente solida y contundente, echando mano de temas de sus dos etapas, pero sin perder en ningún momento, la sonoridad clásica que atesora su propuesta. Estrenarían nuevo cantante, el cual dotaría de frescura y entusiasmo a sus minutos, gozarían de un sonido gordo y poderoso, sacándose de la manga una versión de Death y terminando con ovación cerrada por parte de la parroquia. Primera lección de Death Metal, que nos depararía el día.
Los tiempos proseguirían intensos con los míticos Criminal de Anton Reisenegger, otros que vendrían a constatar lo de que la experiencia es un grado. No contarían con el espectacular Olmo de Gamora, quien en los últimos años ha estado acompañando a la banda, pero dispondrían de un digno suplente con el que cubrir el expediente. Gozarían de la mejor iluminación de la noche y con uno de loe mejores sonidos, resultando inapelable su poderoso Thrash Death, al tiempo que los altavoces escupían lo que habían venido a contarnos. Especialmente redondo les quedo "Akelarre", y su veloz broche con "Rise And Fall".
La curva ascendente proseguiría elevándose con los Dr. Living Death sobre las tablas, un conjunto que ofrece mucho más que unas simples caretas con bandana. Su Thrash hardcoriano conquistó Durango e impregnó de frescura la noche, aportando juventud y descaro en cada minuto que les dejaron. Provocaron pogos desde que arrancaron su actuación, hasta que se apearon, con un cantante que emulaba a Mike Muir en todo lo que podía y un guitarra que llego a meterse entre el mosh para caldear el ambiente. Contarían incluso con el concurso de Davish y Guillermo de Angelus en un par de cortes, aprovechando el hecho de que andan de gira con ellos por media Europa. Para muchos sería el bolo del festi.
A continuación llegarían los Suicidal Angels para templar los tiempos. Sus formas serían las de grupo grande, sin serlo, es decir, la clase de banda que se considera a si misma en una división superior, a la que en realidad le pertenece. Actuaron parando en casi todos los temas, siguiendo las directrices que a menudo emplean Kreator, pero sin los himnos inmortales que llevan en la chepa los de Petrozza. Por esto sería su actuación pelin aburrida, a pesar de contar con temazos como “Apokathilosis” o “Seed Of Evil”, sin que nunca llegase a terminar de despegar por los innecesarios aires que se daban los protagonistas.
Por fortuna, la noche concluiría en todo lo más alto, gracias a unos veteranos del estilo. Sin alardes, ni telones con los que engalanar su propuesta, los ingleses Benediction se encargarían de mostrarnos cuales fueron los verdaderos lodos sobre los que el Death Metal se fraguo hace treinta años. Con humildad, profesionalidad y verdadero espíritu Underground, los de Birmingham se llevaron de calle la primera jornada del Euskal Assault, y nadie pudo negarlo una vez las luces fueron prendidas. Lo suyo fue sencillamente perfecto, desde que arrancaron con “Nightfear”, hasta que dejaron caer la maza por última vez al ritmo de “Magnificat”. Insuperables en su terreno.
La segunda jornada la abrirían los bestiajos de Markina, A.D., con Igor al frente dándonos una sonora bienvenida al festi. Su Crossover insano atronaría por una Plateruena en la que no paraban de entrar asistentes uno tras otro, cogiendo sitio bajo el chaparron de watios que caía desde el escenario. Dispondrían de pocos minutos para lucir su propuesta, pero suficientes como para no dejar indiferente a nadie. Concluirían interactuando con el público al ritmo que marcaba su enorme “Titan”. Buen inicio para lo que estaba por venir.
Aquí se abriría la importante brecha Grindcore que el festi había preparado en el programa, comenzando con los Ras y prosiguiendo con los gallegos Nashgul. Ambos encandilaron a los aficionados de los sonidos más abrasivos, aunque los segundos mostrasen su mayo paleta estilística, consiguiendo una respuesta más efusiva y entusiasta. Provocaron los lógicos pogos a su paso, aunque rápidamente comprobaríamos como los ánimos andaban bastante más fríos que el día anterior. No sabemos si por cansancio, o porque el día salió así, pero el mosh sería mucho más anecdótico en este segundo día de Asalto Euskaldun.
La misma tónica acompañaría a los madrileños Avulsed, quienes sin embargo se permitirían lucir como la institución Death Metalera que son. Frente a un público demasiado apático, derramarían sus aceleradas cantinelas entre molinetes indiscriminados. Ejecución espectacular, sin que la puesta en escena resultase afectada, encaramándose sobre nuevos himnos como “Dead Flesh Awakened” o “Zompiro”, parapetándose sobre clásicos populares como “Sick, Sick Sex” y concluyendo a lo grande con “Exorcismo Vaginal”. Por algo son la banda extrema más reconocida fuera de nuestras fronteras.
La función proseguiría a buen ritmo con los alemanes Dew Scented oficiando. La suya sería otra de las comparecencias más recordadas de todo el festi, luciendo una formación prácticamente nueva a sus espaldas, con la que nos mostrarían su furibunda visión del Thrash Metal. Tendrían un show corto en Durango, fugaz y sin dejar que levantásemos la vista de cada impacto que perpetraban, fieles practicantes de la idiosincrasia creada por Slayer hace muchos años, los de Leif Jensen, se mostrarían absolutamente letales en su planteamiento, con “Cities of the Dead” y “Turn To Ash” a modo de himnos absolutos y “Acts of Rage” tirándonos de espaldas para despedirse. La mejor oferta de Thrash Metal que pisó el Euskal Assault.
Llegaría el turno para los reunificados God Dethroned, a quienes no creía que iba a volver a ver después de su “ultimo” bolo en el 70000 tons de hace tres años. Los holandeses por suerte, siguen siendo una de las bandas más sólidas en su género, con ese particular Death de difícil asimilación, que siempre tiende hacía el Black pulido. Esgrimirían temazos de toda su discografía, como “Poison Fog” o “The Grand Grimoire” con el que terminarían su comparecencia. Serían el puente perfecto, entre el bolazo de Dew Scented y la maravillosa exhibición que estaba por llegar.
Asphyx finalizarían el Euskal Assault del 2015 de la mejor manera posible, demostrando sobre las tablas que son una puta leyenda dentro del Death Metal mundial y cascándose uno de los mejores bolos del festi, si nos ponemos a comparar. No se olvidarían de presentarnos su último Deathhammer, sacarle brillo a su aplastante Death The Brutal Way, o volver hasta sus inicios con The Rack. Siempre comandados por un mesiánico Martin Van Drunen, que entre tema y tema libaba de una lata de cerveza, en lo que presentaba los cortes y se mostraba cercano con sus seguidores. Tendrían tiempo, lógicamente, para dejar constancia de su poderosa impronta Doom, dejándola clara con un par de temas al menos y para terminar sin necesidad de bises, con un “Last One On Earth” glorioso.
Lo suyo sería la gran lección que nos tocaba recibir el sábado, después de la que nos proporcionaron Benediction el día anterior, tan contundentes como sus hermanos holandeses. De esta manera terminaría la maravillosa experiencia que se ha bautizado como Euskal Assault, un evento creado por fans, y para fans, que parece que ha comenzado firme este año y que próximamente, aspirará a convertirse en uno de los festivales de referencia para el rollo extremo al sur de Europa. 
Crónica y fotos por Unai Endemaño.













































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